lunes, 31 de enero de 2011
-SPOTTING FECHAS VARIAS 2010-2011 2a PARTE - Por Gabriel Carrillo
seguimos a la espera de los videos de aproximacion y aterrizajes que ha prometido al blog y estan en preparacion por Juan David Neira. se reitera la invitacion a todos los visitantes al blog a que envien sus aportes.
jueves, 27 de enero de 2011
-SPOTTING ENERO 27 2011 Por Andres Restrepo
lunes, 17 de enero de 2011
-HELICOPTEROS CIVILES OPERANDO EN CALI Por Andres Restrepo
entre el registro historico fotografico logramos encontrar la imagen del Eurocopter Ecureuil de helicargo y la del sikorsky S61L perteneciente a la empresa peruana Helinka y dedicado a operaciones petroleras que paso por el aeropuerto en 2006 procedente del canada con rumbo a lima, ambas fotos tomadas en 2006
El bell 206 HK4226-X registrado en el momento de la foto a la compañia SADI Ltda ahora esta registrado a la empresa Delta helicopteros segun su website: http://www.deltahelicopteros.com/equipos-delta-helicopteros.htm
el bell 206 HK-3216 aparece por ultima vez en el registro aereo nacional a nombre de SADI Ltda (Sociedad aerea de ibague ltda), la foto fue tomada en 2007.
-VIAS AEREAS COLOMBIANAS (VIARCO) Por Jaime Escobar Corradine
El objeto de la nueva compañía era el de transportar pasajeros y carga desde Cali a Popayán, Ipiales y Tumaco en el suroccidente del país. Con un capital de $200.000 pesos y la bajo la gerencia de Luis Carlos Iragorri, comenzó sus operaciones desde la Base Aérea del Guavito con dos aviones DC-3, con matricula C-400 y C-401.
El 17 de marzo de 1946 se inauguraron los servicios diarios de pasajeros, aeroexpresos y carga a las ciudades de Bogotá y Medellín. Así empezó su vertiginosos desarrollo y en poco tiempo amplio su red de rutas a todo el país, para lo cual se adquirieron cinco nuevas unidades DC-3 (matriculados como C-402, C-407, C-408, C-409 y C-410). Con el fin de explorar las rutas internacionales, el 14 de julio de 1946 se efectuó un vuelo especial saliendo de Bogotá a Nueva York, con escalas en Barranquilla, Kingston y Miami.
El 3 de octubre de 1946 se iniciaron los servicios a la ciudad de Neiva, los cuales fueron ampliados para llegar hasta la ciudad de Garzón; el 15 de octubre se inauguraron los servicios desde Bogotá a Bucaramanga, seguido por el servicio entre Bogotá, y Cartago. El servicio a Cartagena fue inaugurado el 1º de Noviembre del mismo año en anticipación a las fiestas tradicionales de la ciudad y el Reinado Nacional de Belleza. A finales del año se iniciaron servicios exclusivos de carga en todas las rutas nacionales.
Siendo el nuevo gerente general de la compañía el señor Ricardo A. Deeb y siguiendo una política de expansión, VIARCO se empeño en construir su propio aeropuerto en la ciudad de Cali. Este aeropuerto estaría abierto a todas las compañías del país, exceptuando a AVIANCA. La cual había negado rotundamente la entrada de sus aviones a las instalaciones de Calipuerto. En noviembre de 1946, la Cámara de Comercio de Cali envió una carta al Ministro de Guerra, Doctor Luis Tamayo, para solicitar por parte del departamento de Aeronáutica Civil, la inspección de las obras del aeropuerto El Limonar. El 7 de diciembre del mismo ano, un DC-3 de la compañía, el C-400 con 28 invitados a bordo y al mando del Capitán Bernardo Escovedo hizo simulacros de aproximación al aeropuerto en construcción, para constatar la buena ubicación del mismo. Al día siguiente el 8 de diciembre, le correspondió a VIARCO el honor de inaugurar el aeropuerto de Sogamoso en el Departamento de Boyacá al nororiente del país. Así se inauguraba una ruta más corta y practica con acceso a la región de los Llanos Orientales, vinculando así de forma definitiva este vasto territorio al movimiento hacia el interior del país y asegurando una nueva era de prosperidad y desarrollo en esa región.
La flota inicial de aviones pronto se vio aumentada con la comprar de tres unidades Lockheed L-14 (C-321, C-322 y C-323) y dos PBY Catalina anfibios (C-406 y C-414). Con estos aviones se atendieron por primera vez los servicios entre Cali y Buenaventura y desde Medellín a Quibdó, mientras se construían pistas adecuadas para aviones de ruedas.
A finales de 1946 el departamento de Aeronáutica Civil exigió a VIARCO la ampliación de los talleres de mantenimiento y mecánica de la compañía, pues consideraba que VIARCO no contaba entonces con el número adecuado de elementos para atender eficazmente los nuevos aviones recientemente adquiridos. A comienzos de diciembre lanzo una campana publicitaria invitando a los colombianos a planear sus vacaciones con VIARCO de la forma más cómoda y económica, garantizando mayor seguridad. Se promocionaban destinos como Cartagena, la Ciudad Heroica, Medellín, la capital industria del país, Cali, alegre y bulliciosa, Bucaramanga, la Ciudad Jardín, y lugares remotos y exóticos como Tumaco, Buenaventura, Villavicencio, Sogamoso y los Llanos…
Al cumplir el primer año de operaciones, se había logrado establecer una gran organización y una extensa red aérea que cubría todo el territorio nacional. Su capital de trabajo había aumentado a $3.000.000 de pesos y su flota había aumentado a catorce unidades, cuando se recibieron dos unidades adicionales de aviones DC-3 (C-412 y C-413). La Junta Directiva que celebró el 15 de diciembre de 1946 este primer año exitoso de servicios, estaba conformada por su Presidente Hernando Caicedo y los Vocales, Harold Bohmer, Alberto Ochoa, Francisco Madriñan, Alfredo Lloreda.
En 1947 y con el ánimo de obtener una participación en el transporte de correos, VIARCO efectuó una solicitud formal al gobierno, el cual había asignado esa lucrativa actividad exclusivamente a AVIANCA. La intervención desafortunadamente no logro su objetivo y el gobierno negó el permiso de transporte de correo aéreo. Sin embargo se obtuvo la autorización para volar a Miami pero transportando carga exclusivamente, para lo cual se había adquirido un DC-3 carguero, el C-408.
En la Asamblea de Accionistas reunida el 8 de abril de 1947, se discutió la posibilidad de liquidar la compañía a raíz de las pérdidas ocasionadas por dos recientes accidentes. El Catalina de matricula C-406 se hundió en el puerto de Buenaventura el 20 de diciembre de 1946 a raíz de un incidente menor. El otro, el DC-3 con matricula C-400 se estrello el 8 de marzo de 1947 el Paramo de Chingaza cuando cumplía un vuelo de itinerario entre Villavicencio y Bogotá. Además de estos lamentables sucesos, la competencia ofrecida por las otras líneas aéreas no era fácil de combatir. El grupo de entusiastas accionistas encabezados por el industrial don Hernando Caicedo, votaron en contra de la disolución de la compañía y por el contrario votaron a favor de un aumento de capital para sacarla adelante.
Para entonces, se concluyeron las obras del aeropuerto El Limonar en la ciudad de Cali, el cual fue puesto al servicio dotado de las instalaciones y equipos más modernos disponibles en ese entonces.
A finales de 1947, ante una inminente guerra de tarifas VIARCO se vio obligada a seguir la iniciativa de LANSA y rebajar las tarifas en las rutas que compartían. La respuesta inmediata de AVIANCA fue rebajar a los mismos niveles sus propias tarifas. Desafortunadamente, el 10 de enero de 1948 se precipito a tierra el segundo Catalina, el C-414 a tres kilómetros de Serrezuela (Madrid) en la Sabana de Bogotá. Este tercer accidente minó considerablemente la imagen de la compañía y perdió mucha credibilidad en el público viajero. Aun así, el 23 de enero de 1948 se promocionaron vuelos especiales para traer aficionados a las corridas de toros y asistir a la Feria de Cali, que en esa época se llevaba a cabo a comienzos del año.
El 25 de enero de 1948 se inauguro el servicio “regular diario” en la ruta troncal Bogotá-Cali. En esa importante ruta se competía con AVIANCA y LANSA y la guerra de tarifas se agravo aun más. Fue entonces cuando se hizo necesaria la intervención de gobierno nacional cuando finalmente se unificaron y ajustaron las tarifas por resolución del Ministerio de Industria y Comercio.
A pesar de todos los esfuerzos por mantener la compañía financieramente viable, la competencia era cada vez más feroz. La lucha fue ardua y se valió de todos los métodos para mantener la participación en el mercado. Sin embargo, las operaciones y el número de pasajeros comenzaron a declinar, hasta que se vio obligada a suspender operaciones definitivamente. La sociedad fue disuelta y varios de sus aviones fueron vendidos y registrados a nombre de la nueva y prospera empresa de carga SAM con base en la ciudad de Medellín.
Así termina su corta vida de servicios esta emprendedora empresa vallecaucana, dejando como legado la experiencia negativa de una guerra de tarifas a muerte entre las empresas domesticas que termino con la necesidad de la intervención directa del Estado.
JAIME ESCOBAR-CORRADINE
Rev.Nov. 08
Solicitamos a los lectores nos envíen cualquier información adicional que se tenga sobre esta empresa vallecaucana. Hasta la fecha no conocemos fotografías del aeropuerto El Limonar ni de los aviones de VIARCO. Si alguien tiene alguna foto para compartir, sera bienvenida.
Memorabilia de Viarco, Imagenes scaneadas por Jaime Escobar C, tomadas de www.aviacol.net
martes, 11 de enero de 2011
-PRIMER VUELO JET BOG - CLO Por Jaime Escobar Corradine.
Era el día viernes 13 de mayo de 1966 y junto con mi padre, Julio Escobar Fernández de Soto, nos dirigimos al aeropuerto de Eldorado hacia la 1:30 de la tarde, hora en la cual se habían citado a los invitados especiales del vuelo inaugural en equipo jet a la ciudad de Cali. La invitación la había cursado el entonces Presidente de Avianca Juan Pablo Ortega, amigo de mi Padre. Cual sería mi sorpresa cuando mi Padre me pidió que lo acompañara al vuelo, ya que mi Madre no podía viajar y la invitación era para los dos.
Luego del proceso de registro en el mostrador de la compañía, nos entregaron los tiquetes de abordaje para el vuelo JET-190 y pronto pasamos al Muelle Nacional, en cuya plataforma estaba parqueado el bellísimo Boeing 720B con los colores clásicos de Avianca y con matrícula HK-725. Luego de caminar por la plataforma, subimos las escalerillas para tomar nuestros asientos. A mis 11 años de edad, para mi era la primera vez que volaba en jet y estaba tan contento y más aun cuando me tocó la silla de la ventanilla. Pero pronto comprendí que la emoción de mi Padre era mucho mayor. El comenzó a contarme que cuando él de pequeño viviendo en Tuluá, venía a estudiar al colegio a Bogotá, tenía que viajar por tren y por tierra por casi dos días para llegar a la fría capital, y así de regreso a casa cada vez que regresaba al Valle del Cauca.
Yo también recordaba que hacía pocos meses, en diciembre había hecho el mismo vuelo junto con mi familia, esa vez en un viejo y honorable Douglas DC-4 de Avianca que hacía el trayecto en tan solo una hora. No era sino despegar de Bogotá con rumbo al suroccidente para cruzar La Línea y comenzar el descenso hacia Calipuerto. Durante el vuelo, las cabineras con su tradicional Ruana Roja, pasaban primero repartiendo algodón para los oídos y chicles para masticar… esos aviones no eran presurizados y muchos pasajeros pasaban por la penosa experiencia del dolor de oído. Luego pasaban en unas bandejitas unos refrescos y un sanduchito de jamón y queso envuelto en papel celofán. Por lo general el cruce de La Línea, punto más alto de la Cordillera Central en la ruta, estaba nublado y ante la turbulencia el avión se sacudía y se bamboleaba para sorpresa y desagrado de los pasajeros. Una vez vencida La Línea, se ingresaba al Valle del Cauca y empezaba el descenso. Recuerdo como si fuera ayer, que era entonces cuando los ventiladores colocados a lo largo de la cabina de pasajeros, empezaban a funcionar tratando de aliviar el calor que ya se percibía y el olor a “tierra caliente” anunciando la llegada del avión a Cali.
En esta ocasión, el pronóstico era que el vuelo en el flamante jet Boeing iba a tomar solo 30 minutos ! Efectivamente, el avión prendió sus turbinas y luego de carretear a la pista principal estuvimos listos a despegar a las 3:15 de la tarde. El avión decoló, y giró a la derecha y se dirigió con rumbo suroccidente. A las 3:25 ya estábamos volando sobre el Rio Magdalena, y a las 3:32 ya estábamos volando por encima de la Cordillera Central y La Línea, esta vez por encima de las nubes y de cualquier turbulencia, habiendo alcanzado la altura de crucero. Dos minutos después, iniciaba ya el descenso, y alcanzamos a divisar el Rio Cauca y el verde inconfundible de los cañadulzales tan característicos de nuestro Valle del Cauca. A las 3:37 pasamos por encima de la ciudad de Buga y la reconocimos por las cúpulas de la Basílica del señor de los milagros. Unos minutos después, a las 3:46 de la tarde, aterrizamos en el aeropuerto de Calipuerto ante los aplausos y vivas de los pasajeros. No pude más que notar la emoción de mi Padre a quien se le escapaba una lagrima de emoción. Habían pasado solo 31 minutos desde nuestro decolaje de Eldorado. Al llegar a la plataforma estaban todas las autoridades de la ciudad dando la bienvenida a los invitados especiales. A lo lejos entre la muchedumbre que se había reunido en la terraza de observación del aeropuerto, alcancé a divisar a mi Abuelita y a mis Tíos, que me habían ido a recoger. Mi Padre luego de saludar a los suyos pronto se dirigió con el resto de la comitiva a abordar los taxis que los llevarían al Hotel Alférez Real para asistir a la ceremonia de inauguración y al coctel. Yo me dirigí a la casa de mis Tíos, donde pase la noche con mis primos. Como no había planeado el viaje, pues no había llevado maleta y tuve que pedir prestada una piyama y un cepillo de dientes ! Al día siguiente sábado, muy temprano regresamos a Calipuerto para abordar el vuelo especial que nos traería de regreso a Bogotá. El mismo avión despego a las 8:07 de la mañana y aterrizamos en Eldorado a las el 8:37 a.m. Esta vez recorrimos la misma ruta en 30 minutos exactos. Este evento representa un recuerdo inolvidable de ese primer vuelo en jet. Unos años más tarde nos tocó el primer vuelo a Cali en el fabuloso Boeing 747 de Avianca, pero ya fue muy distinto…
Así comenzó el servicio regular con aviones jet de Avianca a Cali. Para finales de 1967, Avianca volaba tanto equipos Boeing 720B como Boeing 727 en las rutas nacionales y en la ruta Bogota-Cali operaba 37 vuelos semanales, de los cuales 18 eran en equipo Jet. Poco a poco fueron retirados de servicio los Douglas DC-4 y los lujosos Súper Constellation para dar paso a los aviones Boeing, mas tarde los McDonnell Douglas y los Airbus, que surcan hoy en día los cielos colombianos.
Jaime Escobar Corradine
Enero del 2011